La historia del movimiento vecinal sintetiza la construcción de la
ciudadanía en la España de los últimos cuarenta años. Surgidas al
calor de la lucha por conseguir unas condiciones de vida dignas y por
superar la represión ejercida por el régimen franquista, las
asociaciones de vecinos adquirieron pronto un perfil democrático y
participativo de notable éxito social, sobre todo en grandes ciudades
como Madrid y Barcelona.
Su contribución como "escuelas de ciudadanía" ha quedado, sin embargo,
marginada de los relatos oficiales de la transición. Este libro reúne
estudios acerca de una historia que es, en buena medida, inseparable
de la memoria de los activistas y líderes de las asociaciones,
protagonistas de un conjunto de experiencias cívicas que aún reclaman
su lugar en el imaginario colectivo de la democracia. La del
movimiento vecinal ha sido, sobre todo, una carrera de fondo hasta
convertirse en uno de los agentes clave de la transformación urbana.
Su lucha destaca por su excepcional combinación de autonomía
organizativa y capacidad negociadora. A día de hoy, el movimiento
vecinal funciona como una suerte de movimiento de movimientos, un
vértice sobre el que basculan las cuestiones que afectan a la
dimensión social de la ciudadanía: la sanidad, el medio ambiente, la
educación, la vivienda y el empleo. Su razón de ser sigue siendo la
sencilla pretensión de identificar la ciudadanía
ciudadanía en la España de los últimos cuarenta años. Surgidas al
calor de la lucha por conseguir unas condiciones de vida dignas y por
superar la represión ejercida por el régimen franquista, las
asociaciones de vecinos adquirieron pronto un perfil democrático y
participativo de notable éxito social, sobre todo en grandes ciudades
como Madrid y Barcelona.
Su contribución como "escuelas de ciudadanía" ha quedado, sin embargo,
marginada de los relatos oficiales de la transición. Este libro reúne
estudios acerca de una historia que es, en buena medida, inseparable
de la memoria de los activistas y líderes de las asociaciones,
protagonistas de un conjunto de experiencias cívicas que aún reclaman
su lugar en el imaginario colectivo de la democracia. La del
movimiento vecinal ha sido, sobre todo, una carrera de fondo hasta
convertirse en uno de los agentes clave de la transformación urbana.
Su lucha destaca por su excepcional combinación de autonomía
organizativa y capacidad negociadora. A día de hoy, el movimiento
vecinal funciona como una suerte de movimiento de movimientos, un
vértice sobre el que basculan las cuestiones que afectan a la
dimensión social de la ciudadanía: la sanidad, el medio ambiente, la
educación, la vivienda y el empleo. Su razón de ser sigue siendo la
sencilla pretensión de identificar la ciudadanía
(Extracto del libro, Historia del Movimiento Vecinal, escrito por Vicente Pérez y Pablo Sánchez)
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